Los Fiscales de Chiloé son personas dedicadas a difundir y mantener activa la fe católica en cada poblado de Chiloé y especialmente en los rincones más alejados.
Antiguamente eran muchos los fiscales, uno en cada pueblo, sector o isla, ya que por el aislamiento geográfico de nuestro Archipiélago, no era posible acceder fácilmente a todos los lugares. La falta de caminos, los múltiples traslados en botes, lanchas, etc., dificultaban la conectividad entre islas y poblados. Por esta razón los sacerdotes no llegaban periódicamente a todos los lugares y si lo hacían era “de vez en cuando”. Por lo tanto eran los fiscales quienes se preocupaban de hacer que la fe católica se mantuviera en todos los pobladores.
Los Fiscales eran la máxima autoridad religiosa y eran encargados de organizar y coordinar todas las actividades de la comunidad católica, entre estas actividades estaban la celebración de novenas por Santos Patronos y a la Virgen, actuaban como rezadores y encabezan las procesiones en honor a estas divinidades. En muchas ocasiones eran quienes rezaban en velorios y funerales, en donde practicaban rezos cantados y con algunos pasajes en latín.
Desde la llegada de los españoles a América, una de sus principales misiones era evangelizar, además de conquistar territorios y adquirir bienes para la corona española y en su propio beneficio. Es decir los europeos tenían la misión de convertir a los indígenas al cristianismo: Creer en Dios. Por esta razón los españoles armaban su empresa de conquista a América, llevando siempre entre su tripulación un sacerdote encargado de cumplir con esta misión.
Cuando los españoles lograron conquistar gran parte del territorio americano, comenzaron a colonizar, es decir se fueron estableciendo en América, formando pequeños poblados de familias colonas, las cuales dieron lugar al proceso de mestizaje. Así transcurrieron los años y aproximadamente desde el 1600 en adelante se comenzaron a construir iglesias y capillas en diversos lugares de nuestro Chiloé, las que actualmente forman parte de los monumentos nacionales y fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, principalmente por la historia que encierran, por su arquitectura en madera, las cuales han soportado las diferentes inclemencias de la naturaleza, la más grande el terremoto de 1960.
En aquellos tiempos los sacerdotes Jesuitas nombraron entre los fieles a los más comprometidos como fiscales y los instruyeron para realizar su labor. Eran personas que al igual que las demás, podían ser casados, tener hijos y se dedicaban a la agricultura, la pesca y diversas faenas campesinas.
En la actualidad aún existen fiscales que tienen la misión de coordinar y organizar las diversas actividades religiosas en los diferentes poblados de Chiloé y otros sectores cercanos y culturalmente muy parecidos, desde Puerto Montt al Sur, Calbuco, Maullín, Carelmapu, Chaitén, Palena, etc. Ellos reciben el apoyo del Obispado y realizan reuniones con los sacerdotes y párrocos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario